A los pies de la Sierra del Albarracín, en la localidad gaditana de El Bosque se encuentra unos de los últimos molinos hidráulicos de España que todavía está en funcionamiento, tal y como lo ha hecho durante cientos de años.
Mantenido durante generaciones por la familia González, hoy El Molino de Abajo se ha reconvertido en un Museo Etnológico para evitar que se pierda el conocimiento acumulado durante siglos por el ser humano en su evolución.
La documentación existente data del siglo XVIII, no obstante hay pruebas de que en el emplazamiento actual ya debió haber molinos que datan del tiempo de los árabes ( siglos VIII al XV) los grandes dominadores del agua, y quizá del tiempo de la conquista romana, ya que tanto la finca como toda la zona está repleta de restos arqueológicos de esta época.
La unión del dominio de la fuerza del agua, la ingeniería e inventiva de nuestros ancestros, y el conocimiento acumulado durante generaciones permitió al hombre antiguo no sólo dominar la agricultura, sino el procesamiento industrial de ésta, haciendo de los molinos uno de los grandes avances de la humanidad.
Este logro de la ingeniería del ser humano ha permitido desde hace siglos poner en la mesa de los hombres y mujeres de nuestra civilización el producto elaborado que ha sido la base de nuestra evolución; EL PAN.
Sin embargo, los molinos no solo eran centros de producción de alimentos, también eran lugares de encuentro, donde las personas de fincas o pueblos cercanos acudían a moler su grano ( pagando una parte en especie al molinero, conocida como Maquila).
Mientras el molino hacia su trabajo las gentes intercambiaban noticias y chascarrillos, bromas o cuentos. Los Molinos, como centros sociales y de reunión de la época también eran el motivo de canciones o leyendas ( no siempre bienintencionadas y a veces pecaminosas).
ACTUALIDAD
En 2003, tras dos décadas sin funcionar, la familia González-Aguilar decidió acometer un ambicioso proyecto de renovación y conversión en museo, gracias a su empeño, hoy podemos disfrutar de uno de los últimos molinos hidráulicos en funcionamiento en nuestro país.
Desde su reapertura como museo, la familia Gonzalez-Aguilar mantiene sus puertas abiertas para que niños y mayores puedan disfrutar de una experiencia edúcativa en un entorno natural único.
El Molino de Abajo, situado junto al Rio Majaceite rodeado de agua y jardines, permitirá al visitante conocer una parte de la historia moderna del ser humano, aprender procesos de elaboración que han perdurado hasta nuestros días y experimentar el placer de las cosas hechas como antes, con mimo, cariño y pasión.